Desilusiones.

Yo soy feliz, realmente feliz. Y a todos les parece extraño, que a mis treinta y dos navidades cuando uno tiene el concomiendo y la experiencia para saber que la vida suele ser una excremento envuelto en parte por caramelo, sea yo feliz.  Sé que lo es, pero yo crecí en los ochentas por lo tanto crecí siendo testigo de las desilusiones.

Vamos a ver si me explico. Cuando me compraba un video juego y en la portaba pintaban una nave espacial súper equipada y detallada, disparando rayos gama en contra de los marcianos, mi mente se ponía loca de emoción. A la hora de poner el video juego y esperar media hora a que se cargara y aparecía en vez de la nave súper equipada, aparecía un estúpido cuadrito azul que disparaba puntitos contra un cuadrito verde.  Yo me ponía contento diciendo “cada día los hacen mejor”, nunca me sentí estafado por la mercadotecnia de la sagrada industria video juego.

Después mi fiesta infantil número cuatro, mi padre me anunció que a tal evento acudiría el Bat man, y yo emocionado a colores. A la mera hora llegaba mi tío adolecente, panzón y con claro aliento alcohólico diciendo que eran el hombre murciélago.  ¿Me molestaba?, para nada si mi tío se disfrazó, seria porque el Bruno se lo ha  ver pedido por estar saturado de trabajo.  

Y paraqué acordarme de cuando algún trasnochado me comentó que mi Papá era el Papanoe. No sabia cómo le hacia mi padre para dar el gasto de la casa y aparte juntar para los regalos de todos los niños del mundo.  Pero yo caminé con el pecho lleno de orgullo por ser el hijo del Santa Claus.

Y al ser expuesto a tanta desilusión, tomé la sabia decisión que si no esperas nada de nadie, las apuñaladas en la espalda son el pan de cada día, y los buenos detalles de los demás, como no se esperan tiene un saborcito más rico.

Al final de cuentas la única mano que te dan cuando estás en apuros es la que tienes al final de brazo, por lo tanto hay que caminar para delante sin parar porque hemos nacido para no caer para no parar  esperezando que el mañana venga más coqueto.