Domingo
EL Domingo no es el mejor día de la semana, tan es así que Dios prefirió dormir que soportar las veinticuatro horas de séptimo día.
El café me lo tomé amargo, no encontré azúcar o leche para endulzar la tan ansiada cafeína. Nada más desesperante que despertar el domingo con el síntoma Chávelo, es decir ya tener el ojo pelón a las ocho treinta de la mañana.
Quien se levanta el domingo temprano es porque su noche del sábado fue sana, o esta sin presupuesto para poder pagar tributo a Vaco. La segunda situación es mi condición, vamos no es secreto de estado que tengo la condición más popular en España y en México, el temido desempleo.
Lo malo que sea domingo, es que para mi todos los mendigos días son Domingo. El desempleo es ver la misma obra de teatro cada hora. Es multiplicar la desesperación de una sala de espera durante todo el día y sin saber para cuándo sale tu avión a las fascinantes tierras del empelo bien pagado.
Cuando ya tienes varias horas vuelo de parado, la vida tiene un saborcito la mayoría de las veces es el mismo sabor que tiene un cable de cobre oxidado, en ocasiones tiene sabor dulce amargo, dulce por tener todo el tiempo para hacer las cosas que querías hacer cuando tenias empleo, amargo porqué no tienes el dinero para hacer esas actividades.
También comprendes muy bien la funcionalidad de los currículos vitae, que son muy comparables con los espermatozoides, los dos si no cumplen su función en veinticuatro horas, habrá que mandar otro millar esperando que uno pegue. El parado se ve en la necesidad de coquetear con propios y con extraños. Y uno que siempre ha sido malón para eso de los rituales antes del apareamiento y no queda más que desplegar mis plumas jurídicas de pavo real para atraer al mercado.
EL parado también conoce de primera mano la misericordia humana, con frases tan falsas como el billete de treinta pesos como los sonados “Yo circulo tu currículo” No jodas no es circularlo es contrátame, “Yo le comentó al conocido” no jodas no es divulgar que estoy desempleado, es un contrátame, “no quieres vender chivacola” vente a fornicar a tu madre…..
También te sientes estafado, pues tu alma mater te entreno para ser un profesionista exitoso. Peor solo falta ver los avisos de ocasión para darte cuenta que un abogado con maestría le ofrecen el mismo sueldo que un cerillo en un supermercado. “Se solicita abogado titulado, honesto responsable, trabajo de seis días a la semana cada día de treinta horas se ofrece tres mil pesos mensuales”. De haberlo sabido os juro que hubiera entrado para poner de manera profesional los víveres de los ciudadanos. Para que aguantar tanta vaca sagrada pedante jurídica si al final el mercado esta tan saturado de abogados que ofrecen una vicoca para que les des tranquilidad jurídica.
También el parado confirma que dentro de la humanidad hay almas que les preocupas, son aquellos que sienten tu fuego, tu dolor y están atentos a colocarte pronto un nuevo capítulo en tu currículo vitae. Son esos ángeles que pronto te darán esa patada en el culo para salir del fango del desempleo.
También está el optimista imbécil, que te propone poner un negocio. Vamos la buena intención no la critico, pero eso de poner tu negocio es fácil decirlo si tu familia es pudiente o tu suegro quiere patrocinar tus brillantes ideas de negocio. Si eres un Conde de Angora Junior venido a desgracia, los negocios propios son de saliva y se tardan más en cuajar.
No esta tan mal, es cuestión de seguir trabajando es el arte de encontrar trabajo.